Paulatinamente, se empezarían a componer conciertos en los que la viola tendría una voz escrita y compuesta expresamente para ser tocada por ella. Esto se produciría cada vez más, y culminaría con la composición de varios cociertos para viola d'amore y otros instrumento por parte Antonio Vivaldi, y la composición del concierto para viola de Georg PhilippTelemann.
Antonio Vivaldi (1678-1741) y su concierto para viola
d'amore y laúd.
Georg Philipp Telemann y el concierto para viola
da braccio que compuso.
Ya a finales del Barroco la viola da braccio se estaba transformando en la viola moderna que conocemos a día de hoy. Lo único diferente es que sus cuerdas seguirían estando hechas de tripa animal durante algún tiempo, y que el diapasón era algo más corto. También cabe denotar que tampoco tenía barbada.
La foto de la izquierda muestra cuerdas de tripa (nótese la ausencia del
brillo de las cuerdas de metal); a la derecha, viola barroca.
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